NADA TENGO QUE VER CON LA TELENOVELA

Perdón si caíste en mi blog por la telenovela LA MALPARIDA. El nombre de este sitio lo escogí años antes y así se seguirá llamando. Disculpa las molestias.

miércoles, 7 de octubre de 2009

A propósito de discriminación

Ayer, la periodista Katia D'Artigues estuvo twitteando desde el informe de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables del Senado...

A casi un año, es hora de resucitar mi historia

México, D. F., 30 de octubre del 2008

Hace una semana, mientras iba en el autobús rumbo a León, contaba los minutos y los kilómetros que me separarían de todo lo que amo: no más besos y bendiciones de mi mamá en la puerta rumbo al trabajo, no más cine en casa de mi mejor amigo, me perdería las risas de mis sobrinitas, no más llegar a mi refugio con aroma de vainilla y libros y sentirme segura... todo eso continuaría ahí, sin mi y yo iba rumbo a mi sueño: trabajar para una empresa de cosméticos e independizarme.

Desde finales de agosto cuando di click a la vacante "editora", hasta mi viaje a León, mucho había pasado: entrevistas telefónicas con Recursos Humanos, revisión de CV, una entrevista en vivo con la gerente del área por la que caminé en pleno 16 de septiembre más de diez cuadras en Iztapalapa, cuestionarios en Internet, evaluación de capacidades y una videoconferencia con el director del área. Para ese entonces, la descripción de puesto había cambiado mucho: de coordinar un catálogo estaría a cargo, por mi experiencia, de supervisar las relaciones públicas, los lanzamientos y la mercadotecnia de productos de toda una línea de cosméticos. Estaba realmente entusiasmada, a mis 30, podría, al fin, decir que trabajaba en una empresa de renombre haciendo lo que más me gusta. Cuando tuve la propuesta en las manos, me dijo la chica de RH al teléfono: "Eudiza, ya no te puedes arrepentir, no hay vuelta atrás". Minutos después me presenté ante mi jefe y después de tres rounds en donde me advirtió los riesgos, presenté mi renuncia.


El miércoles pasado y con mis propios recursos, después de registrarme en el hotel y obtener mi descuento como trabajadora de la empresa, me dirigí a las oficinas a entregar todos mis papeles, sólo faltaba una firma para mi contrato. Aproveché la tarde para visitar la zona, calcular distancias y trayectos y ver los planes tarifarios para un nuevo número de celular. Esa misma noche visité a una posible compañera de departamento y me encantó el lugar, me vi en ese escritorio, en esa cama y haciendo mi vida. El jueves hice cola en el penal para sacar mi carta de antecedentes no penales y tuve una entrevista con la chica que me capacitaría para el puesto, me agradó que conocemos a las mismas personas aquí en el DF, la misma formación y alguna vez ella estuvo en mi situación. De 2 a 4, la niña de RH me llevó en su auto a recorrer las calles cercanas y apuntamos cuanto anuncio de Se Renta encontramos para que consiguiera hogar. Mientras tanto, mi número de empleada ya estaba listo y en el banco me entregaron la tarjeta de nómina con la que cobraría un sueldo que fue negociado para mejorarlo. Esa misma noche, volví a México para empacar mis cosas, despedirme de mis amigos en una comida y regresar al trabajo a más tardar lo que hubiese sido hoy.

Desperté, leí el periódico y sorbía mi capuchino cuando RH llamó. Me esperaban en dos horas en las oficinas de la empresa en Rosario para un examen médico. Me alisté y llegué puntual. En la mesa del fondo, un grupo de chicas y el doctor partían un pastel por el Día del Médico que se celebró un día antes. Esperé casi una hora, el festejo estaba bueno y las risas más. Al fin pasé al consultorio.

El Doctor Octavio comenzó su cuestionario...
- ¿Diabetes? ¿Cáncer? ¿Operaciones?
- Mi papá tiene diabetes y hay antecedentes de cáncer en la familia. Tengo dos operaciones en la pierna derecha.
- Aaaah, ¿qué tiene?
- Nací con hemiplasia, que es una parálisis cerebral parcial y afectó el lado derecho de mi cuerpo. Me alargaron el tendón de Aquiles dos veces.
- Ah ya veo, no apoya el pie, a ver quítese los zapatos. Ajá, se le hinchan los pies. A ver, intente tocar sus pies con los dedos de sus manos, ok, no puede, ahora para atrás, ajá, si, no tanto. Deje reviso su espalda. Tiene varios centímetros de diferencia ¿ha usado plantillas? ¿aparatos?
- Usé zapatos especiales y una férula.
- No apoya nada el pie. ¿Sabía que eso es degenerativo? Cuando llegue a León, vaya con el doctor para que la mande a rehabilitación. No es suficiente caminar. Tiene que nadar, hacer ejercicios, bajar de peso...

El doctor salió y llamó a la encargada de RH, pidió hablar a León, necesitaba saber cuáles serían mis funciones y si se comprometían con mi estado. Me pidieron esperar. Dejó de verme a los ojos. Me enlazaron con la Directora de RH, a quien conocí dos días atrás y me llamaba "licenciada".

- Ay Lic, ay Lic, cuánto lo siento. ¿Cómo le digo ésto? Lamento mucho decirle que no podemos seguir con el proceso de su contratación. Es que va a tener que viajar, y al ser su mal degenerativo y progresivo no podemos arriesgarnos de esa manera...

Lo demás lo oí a pausas, me habló de que en Tampico hubo un congreso para trabajos especiales para personas con discapacidad, que si me mandaban de viaje era riesgoso, etc. Me dijo que no importaba lo de mi tarjeta de nómina, que se cancelaba y listo. Más ay, ay, ay... y un "suerte".

Patita Feliz se va. Entre todos mis defectos, cojear es el último que me importa. Todavía le di las gracias a la chica de RH y a la enfermera que tomó mi pulso y salí. En la puerta estaba el doctor, se pasó de largo. Después de una llamada, mi celular estaba muerto, tanto roaming y larga distancia entre León y México lo dejó sin servicio. Hora y media de camión y mi cabeza daba vueltas, ¿qué haré? ¿cómo reacciono? ¿qué sigue?

Le tomé la palabra a mi jefe y pedí volver. Le comenté la situación y tuve la enorme fortuna de que me dijera "regresa". ¿Qué sería de mi en este momento de no haber podido volver a mi trabajo? En época de crisis y final de año ¿quién me daría empleo?

El spot inicia con imágenes en sepia, una bebita da sus primeros pasos. Las siguientes imágenes muestran un niño en lo que, para los que somos como él, es un pasillo que se hace interminable en las horas de terapia. Un triunfo. Paso a paso, sus papás los graban emocionados. El anuncio cierra diciendo que Andrea, la fábrica de calzado de ventas por catálogo, se enorgullece de apoyar al Teletón. La primera vez que vi el comercial en la TV, recuerdo la sensación de orgullo que me daba saber que trabajaría para una empresa que apoya una causa tan cercana a mi. Hace una semana, en las oficinas de RH de Andrea en León Guanajuato, veía cómo dos alcancías de Teletón adornan el lugar. Ya vería yo cómo apoyar y difundir la causa en unos días más...

Andrea canceló mi contratación porque alguna vez fui el niño de su comercial. Andrea no me quiso con ellos no por falta de capacidad, ni por que salí baja en las evaluaciones o le caí mal a un jefe. Andrea me dijo que no después de un diagnóstico de 10 minutos en donde su doctor dictaminó, que, para Andrea, ser discapacitada es el peor de los impedimentos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Andrea no es, por mucho, una empresa ética. ¿Haz visto sus espectaculares? Siempre usa modelos flacas enfermizas y ahora está poniéndose de moda que aparentan ser menores de edad.

Es una empresa con una noción de la ética muy lejano al ideal. No me extraña lo que te han hecho.

Ojalá sea difundido esto, yo por mi parte, voy a correr la voz entre mis cuates.

Un saludo!

Ifrikya dijo...

Hola, me llegó tu historia vía correo hace algún tiempo. Guarde la información para comprobar si era una historia cierta y que la había padecido alguien de carne y hueso. Se me perdió en el trajín de los días, pero ahora compruebo que en verdad existes y que en verdad pasaste por un caso de discriminación intolerable. Tengo que actualizar un trabajo sobre discriminación, me gustaría ponerme en contacto contigo. Un abrazo solidario.

May dijo...

Yo nunca le comprare nada a andrea... ni que fueran Manolo