NADA TENGO QUE VER CON LA TELENOVELA

Perdón si caíste en mi blog por la telenovela LA MALPARIDA. El nombre de este sitio lo escogí años antes y así se seguirá llamando. Disculpa las molestias.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Secuestro estrés

ADVERTENCIA: Lo que leerá a continuación puede causarle una cefálea aguda o reforzar sus creencias misóginas, alterar su ritmo cardiaco o provocarle urticaria.


spa m.Ing. spa Establecimiento que dispone de un espacio de bienestar donde se aplican tratamientos que se realizan con agua proveniente de la red general de abastecimiento. El spa busca conseguir relax, vitalidad y salud, disponiendo de gabinete de estética y belleza. 

En algún lugar de Ciudad Caótica, La Malparida fue invitada a una noche spa en casa de Toña. Cata llevaría  a Toribia para mostrarles productos de belleza y a la hundida en el jacuzzi se convocó también a Boni, Chela y Petra.

Llegaron tarde a la cita, el agua comenzaba a enfriarse y el hielo a derretirse. La Malparida comenzó a darle con singular alegría al tabule, dispuesto igual en tostaditas que en sabritones, que el hambre apremiaba. Y comenzó la vendimia... 

Toribia llevó el arsenal completo: cremas de todos los olores y sabores, jabones, exfoliantes, catálogos, perfumes. La Malparida, una fanática de la marca, todo olisqueó, cuestionó, leyó pero, cual pregunta de cajera de súper, ¿encontró lo que buscaba? No... aunque cinco minutos después un agua de baño de aroma exótico cautivó sus sentidos. Petra se untó con aceite de frutas y Cata echaba aire a sus piernas después de comprobar que el alcohol después de rasurarse no es buena idea. Las horas pasaron y los cierres de venta tuvieron saldo negativo en el bloc de notas.

La premura de la invitación hizo que las invitadas no llevaran traje propio de zambullimiento, por lo que shorts y playeras fueron dispuestos. Arremangados los pantalones y hechas las diligencias, las burbujas se accionaron.  Boni, quien decidió no entrarle, sacó de su bolsa las sales de baño...
-Les traje esto niñas, está riquísimo.
-Ay, es que es demasiada agua y queremos conservarla, no le echen nada, además se tapan las propulsiones a chorro.-alegó la anfitriona.
-Pues ya con lo que traemos en las patas...-dijo Cata.
- Si, sólo dos veces lo hemos prendido- contaba Toña.


Las horas pasaron, la güera del blog bizarro suspiraba de pensar en la cajita de tallarines con pollo al curry y coco, pero no contaba con los "safo, safo, safo" que la obligaron a tomar el teléfono.
- Arroz, salsa picante.
- ¿Qué vegetales?
- Tú elige.
-Yo fideos, camarón, agridulce, elotitos, nuez de la india.
- Vamos por cervezas.
- Ay ¿qué pediré?
- No sé, pero ya pidan, tengo hambre.
- Si señor, fideos, tallarines ¿es pasta no? me entendió ¿o no?
- Ay no, creo que mejor pido sushi.
- Yo quiero unas cosas esas verdes.
-Se llaman edamame.
- Emame, damame.
- Edamame.
- Damame.
- Bueno, pues hablo al sushi. ¿Tienes el teléfono?
- No, es que estoy viendo Mr. Sushi pero no lo tienen. ¿Cómo se llamaba?
- Edamame. Son como ejotes sofisticados.
- Pero yo quiero eso. 
- ¿Ya tienes la foto del cuñado en la pantalla de tu cel?
- Estoy buscando qué Sushi-Itto queda cerca.
- Oye ¿pero ya pediste mi sushi?
- ¿Entre qué calles es aquí?
- ¿Pero de dónde salió esa foto?
- ¿Qué otra cosa quieres del sushi?
- Unas brochetas. 
- ¿De qué?
- Ay, qué rico está el masaje en la espalda, este aparato es maravilloso.
- Que de qué quieres las brochetas.
- Ah, de queso con camarón.
- El esmalte está demasiado espeso.
- Oye, ya no quiero chino, yo también quiero sushi.
- ¿Pero esta crema me servirá para quitar la celulitis?
- ¿Tú qué quieres?
- Oye güerita ya lo pensé mejor, si quiero arroz con picante.
- Si, es la primera vez que hablo. 
- Pues si, regresar a trabajar después de tanto tiempo.
- Ey ¿qué teléfono registro?
- Si, va otra vez, tallarines, perdón por decirles fideos con pollo, nuez de la india, apio y salsa de curry y coco.
- No bueno ¿qué tal la foto?
- OK, gracias, cambio de 200.
- ¿Si pediste mi sushi?


Y mientras todas recibían masaje, pintábanse las uñas, frotábanse en cremas, contaban de los hijos,  de los que vienen, del nuevo matrimonio, La Malparida sostenía radio ajeno y celular propio entre pollos e ingredientes extras.

-Ya llegó el pedidoooooooo.
- A ver, tu cambio, deja te doy.
- Que ya llegó niñaaaaaaas.
- Aquí está lo de Cata, lo de Chela.
- Ey, ya tocarooooooooon.
- Ay, ahí vamos.
- Tengo hambre.
-Pues no llegó el arroz picante.
-¿Qué no lo pediste?
- Si lo pedí.
- A ver, mejor hablo yo.
- ¿Qué no vas a comer?
- Ya no quiero. 
- Ay ya, no te enojes.
- Llevo dos horas en el teléfono mientras ustedes parlotean y se masajean ¿les aplaudo?
- Yo no pedí tofu.
- Dice que te preguntó y que tú le dijiste que si y cobró 8 pesos más.
- Yo nunca dije tofu.
- Si, ella nunca dijo tofu. 
- Oye, este es el tuyo, este tiene jícama.
- Pues ya me estoy comiendo este.


Los palillos podrían convertirse en arma blanca. ¿Quién sería la primera en quedar tuerta? 


- Espera que hablan los del sushi. 
- Yo les dije entre qué calles.
- Ajá, si, junto al restaurante.
- ¿A poco no saben dónde están?
- Qué bruto cómo pica, y eso que me gusta el habanero.
- ¿Que ya no puede mandar el otro arroz? Pero si nos faltó.
- Oigan yo no puedo ver la película ese día ¿vamos otro?
- Según que ya se había ido el cocinero ¿no qué no?
- Pero si van a traer el arroz.
- Llevo esperando esa película dos años.
- ¿Pues qué te cuesta otro día?
- Y de seguro estará lleno.
- Emame, demame.
- Yo la quiero ver el viernes.
- Ay no, vamos el domingo.
- Anda, para ir todas.

 Y llegó el sushi, y llegó el arroz. El edamame no gustó. El arroz picaba demasiado.

- A ver siéntate que te doy masaje.
- ¿Sabías que según la zona que tengas tensa es la emoción que tienes reprimida?- Preguntó La Malparida, a Cata, la psicóloga.
- No, nunca.
- Si, ouuuuch, me duele horrible la espalda.
- Es que eso es una teoría más humanista.
- Ahora entiendo entonces inhumana.


Ya vámonos. Cuatro mujeres en una camioneta en la calle más larga de Smogcity a medianoche.
- A una amiga la asaltaron y golpearon.
- Eeergh, no creo que sea la conversación que quiero oir con un carro de borrachos junto.
- Pues es que ustedes andan por ahí siempre.
- Ay qué horror.
- A mi me asaltaron dos veces.
- ¿Secuestro express?
- Si, en un taxi. Me dió síndrome ¿cómo se llama?
- No me acuerdo ahorita, pero entiendo.
- ¿Y qué te decían?
- Pues el del taxi de seguro estaba coludido con ellos.

Exhala, inhala, ésto era una noche spa ¿relajación? Y pensar que ahora tengo que pedir un taxi.


Mi definición de spa será una alberquita inflable pa la próxima.Recuérdenmenlo por piedad si no. Y también ir a ver mi película cuando yo quiera.


* Todos los nombres de este post han sido cambiados y se ha omitido quién dijo qué en algunas partes con fines literarios, sanidad mental y  protección de identidad.
** Ningún animal ni persona fue dañado para la elaboración de este relato... muy a pesar de La Malparida.
*** Agradecemos a la casa de la anfitriona por las facilidades otorgadas para la elaboración de este embrollo.
**** La Malparida espera puntualmente su agua de baño. ¿ Me estás leyendo Toribia?

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querida amiga, sufrí y disfrute tu relato. Sufrí por que me desesperaron un poco las participantes, pero lo disfrute por que imagino perfecto la misma situación estando yo y mis compinches y seguramente sería la misma dinámica. Gracias por compartir tus relatos. Un fuerte abrazo!
Carolina