La ópera prima de una treintañera nacida en Salem descrita como "mordaz, ácida". Tenía que leerla. Hay algo de oscuro en sus relatos y, aunque el protagonista de El buen ladrón es un niño, éste es manco, huérfano y está a punto de ser "adoptado" por un estafador.
A Ren, nuestro simpático pequeño ladrón le acompañan unos gemelos "malditos", un gigante, un enano, una anciana sorda, un hombre muy gordo y una chica con labio leporino... es por eso que Tina Jackson de Metro ha dicho de la primera novela de Tinti que "crea un mundo a lo Tim Burton". Y sí, la mente recrea universos burtonianos oscuros y torcidos, donde las tumbas son saqueadas para vender los cuerpos a un doctor macabro y no hay concesiones para la ternura.
Ren no recuerda cómo perdió la mano, atesora el trozo de tela en donde se leen sus iniciales REN, lo único que queda de esa noche de lluvia en donde lo abandonaron en las puertas del orfelinato. Pero Ren es todo menos un niño "discapacitado": ha memorizado las historias de los santos que le cuentan los curas del orfelinato y ve desamparado como, uno a uno, los chicos con los que creció son adoptados por los granjeros de la región, quienes necesitan manos de labranza... y él sólo tiene una. Un buen día, llega Benjamín Nab, un peculiar contador de historias y cínico seductor, quien convence a los curas de ser familiar de Ren y se lo lleva. Y aquí comienza un verdadero viaje por los Estados Unidos del siglo XIX, que atrapa y va tejiendo poco a poco misterios que se resuelven al pasar de las hojas, no sin pensar "ja, lo sabía" o "aaay, caray".
¿Qué me gustó más? El trazo de los personajes, la descripción de los escenarios, el personaje de Dolly, el de Jenny -no diré aquí quiénes son, jajaja ¡leánlo- ¿Qué menos? Las persecuciones y "vueltas de tuerca" medio forzadas.
No tenemos aquí una nueva corriente de novela, sino una digna heredera de la tradición de autores clásicos como Charles Dickens. El buen ladrón es una lectura entretenida y es fácil sumergirse en un mundo de casas que caen a pedazos y una imponente fábrica de ratoneras, en un hospital de estilo gótico o en un jardín macabro. El libro es muy cinematográfico, pero también reflexivo, maduro y hasta tenebroso. Digno de estar en nuestra mesita de noche.
El buen ladrón es editado por Anagrama y está disponible en las principales librerías del país.
* Gracias a Paola Tinoco por el libro, por las anécdotas, por sus tweets.
