NADA TENGO QUE VER CON LA TELENOVELA

Perdón si caíste en mi blog por la telenovela LA MALPARIDA. El nombre de este sitio lo escogí años antes y así se seguirá llamando. Disculpa las molestias.

miércoles, 21 de abril de 2010

La suma de muchas novelas: La Luna Roja

«En estos tiempos hay que pedir perdón cuando se escribe una historia de amor. Es una sensación rara, pero escribo de lo que quiero porque probablemente no me lea nadie o me leerá poca gente y eso me da mucha libertad. Es verdad que el tema del amor no va con estos tiempos [...] A lo mejor estamos necesitando historias de amor y no nos damos cuenta. Nos hacemos tanto los duros que al final es todo una fachada.»

-Luis Leante

Estoy enojada conmigo misma. Este libro lo debí de haber leído en menos tiempo, sumergirme más en él, dejarme ir… y no pude. Comencé en febrero y al dejarlo por días, regresar a construir todos los hechos en la vida de René y Emin sólo me confundió. Volver en mis pasos, páginas atrás, imaginarme el atardecer en La Mezquita Azul ¿quién es Orpa? ¿quién es Tuna? ¿son la misma?

La historia abre con René Kuhnheim, un escritor frustrado quien asiste a la Universidad de Alicante para dar una plática sobre el escritor turco Emin Kemal, de cuya obra es traductor. Pronto sucede algo inesperado y René debe visitar al escritor. Esta visita desata los recuerdos y es tanto lo que une a René y Emin que aquí, un lector poco hábil o comprometido se pierde, porque los hechos son muy similares aunque separados en el tiempo… sus actores van y vienen y al cruzarse, se crea la magia de esta gran novela.

Leante escribe de una manera tan descriptiva que podríamos caminar junto con sus personajes a través de las callejuelas de Estambul, cruzar de la mano el Bósforo o tomarnos una copa en La Luna Roja, el bar al que hace alusión el título. Vamos y venimos entre pasado y presente, entre misterios, entre claves que se pierden al cerrar el libro y están ahí para escarbar en nuestra memoria cada vez que lo retomamos. Es un hecho que leeré “Mira si yo te querré”, la obra con la cual Luis Leante ganó el Premio Alfaguara en el 2007. Debí haberlo hecho ya y antes de llegar a este libro ¡en fin!

Pronto conocemos la vida de un joven Emin, quien pierde a su padre. Su salud es frágil y descubre en las letras un refugio para su tristeza. René, mientras tanto, es hijo de un diplomático trasladado a Estambul, con una madre española rarísima, quien se divorcia de su marido y encuentra el amor de nuevo. René también siente el impulso de escribir y se enamora, pero todo cambia cuando decide partir de la ciudad para comenzar la universidad… Las historias de juventud de ambos personajes están llenas de lugares comunes y sentimientos parecidos, pero no por eso dejan de atraparnos. Es la parte más atractiva de la historia sin duda y sin ella no comprenderíamos el todo.

Y como no hay novela sin amor las mujeres de este relato son fundamentales. Sentí afecto por Orpa y de repente ya estoy llorando con Tuna o queriendo escupir a Derya, la esposa de Emin, quien tiene muchos misterios que contar. Y si, sabremos quién es Aurelia, mi intriga en el post anterior. Es con Tuna y su gran sentido del amor, de la familia, del respeto y la bondad, donde más sufro, donde menos entiendo, donde recuerdo el significado de la palabra sacrificio “trabajo sagrado”. Y de ella, quiero poner una cita, a mi parecer, bellísima:

“Yo me habría conformado con alguien que me quisiera la mitad de lo que yo te he querido a ti"

A la medianoche de ayer, cuando dí vuelta a la última página confirmé que, como dice en su dossier de prensa, La Luna Roja es una gran historia de amor y una hermosa reflexión sobre la literatura como parte de la vida: nada es real hasta que lo escribimos. Así lo cree Emin, así lo creo yo.

jueves, 15 de abril de 2010

Another life, brotha

Y quizás en otra vida, en otro mundo, exista una versión más feliz de nosotros mismos.
Tal vez, lo que creímos un sueño, sea una realidad en donde conocimos el amor.
Puede ser que, algún día, nos asomemos al futuro en un recuerdo.
-Nota rumbo a casa intentando descifrar LOST.

sábado, 3 de abril de 2010

Pollo a la naranja y verduras a la parmesana

Casi todos los domingos guiso, pero ahora, por vacaciones, también me tocó en sábado. Me gusta poner en mi status del Facebook "Es domingo y Eudi guisa" con el platillo que esté por preparar, es mi afirmación semanal de SÉ COCINAR, cosa cada día menos común en este valle de lágrimas.

Hoy hice pollo a la naranja y para acompañarlo, verduras a la parmesana. Ambos platillos llenaron mi casa de aromas deliciosos y en vista de toda la gente que ha caído aquí por el mousse de mandarina de Paulina Abascal, les comparto la receta:

POLLO A LA NARANJA
Receta para 4 personas. 

Ingredientes
2 muslos y dos piernas de pollo o una pechuga de buen tamaño en trozos.
2 naranjas -su jugo-
Ralladura de 1/2 naranja.
1 cucharada de canela en polvo.
2 cucharadas de ajo en polvo.
2 cucharadas de consomé granulado.
2 cucharadas de miel de abeja -cuidar que sea orgánica o mínimo no artificial-
1/2 taza de azúcar mascabado.
Mantequilla.

Modo de preparación

Lavar muy bien las naranjas y rallar la cáscara de la mitad de una de ellas. En un bowl, cernir todos los polvos de la receta y agregar la miel, el jugo y la ralludura de la naranja. Marinar el pollo en esta mezcla mínimo una o dos horas.
En un sartén caliente, derretir mantequilla suficiente para sellar las piezas de pollo hasta que tomen un color dorado y estén bien cocidas. Agregar la mezcla de la marinada y cocinar hasta que el líquido adquiera consistencia de miel.
Servir de inmediato acompañado de arroz blanco o verduras a la parmesana.

Para las verduras a la parmesana, se cuecen papas y zanahorias con un poco de sal y se cortan en rodajas o cubos. Abrillantar con mantequilla y espolvorear parmesano y perejil en polvo.


Me cuentan qué tal les quedó.

jueves, 1 de abril de 2010

Midnight Recovery Challenge...




o Las EudiAventuras en busca del elíxir de la eterna juventud...

7 horas de sueño al día y dos gotas de Midnight Recovery Concentrate en el rostro antes de dormir. Una noche, dos gotas. La promesa de una piel más joven a la mañana siguiente... ese es el reto.

Como una mujer insomne por naturaleza y amante del café por las mañanas mi carita al despertar es lo más parecida a Jo Jo Jorge Falcón haciendo un chiste de mujer fodonga. Tal cual. Por eso, cuando llegué a Kiehl's preguntando por la nueva línea de Açaí - que me dieron también a probar antes de lanzarla, son un amor- y llegamos a mi parte favorita, la de elegir qué muestras llevarme, me impresionaron con su nuevo producto: Midnight Recovery Concentrate.

-"Mira- me dijo el chico de Kiehl's- "esparces dos gotas por tu rostro en la noche y su aceite de lavanda te relajará y tiene una combinación de ingredientes antioxidantes que devolverán la juventud a tu piel." Tal cual.
-"¿Se parece al suero caríiiiitsimo de Estée Lauder?"- le preguntó esta incrédula conocedora de productos que prometen lo mismo.
-"¿Te refieres al Advanced Night Repair?" - aquí el adorado consultor pasó la prueba de fuego, porque me convenció que sabe muy bien su trabajo- "Mucho mejor".
Pues allá fui, a casa con mi humectante de Açaí, varios sobres de mi amado gel de baño de lavanda y el mentado concentrado. Pero esta siempre curiosa mujer se metió a Internet a buscar más sobre el producto y se topó con el reto ya antes mencionado y el diario de 6 neoyorkinos muy activos a quienes se les pidió escribir sobre dormir sus horas y probar el producto. Y se me ocurrió hacer lo mismo.

Pros:

  • El aroma a lavanda es una cosa deliciosa que cuando estás deslizando sobre tu rostro te invita a soñar.
  • Realmente se nota la diferencia en la textura de la piel , el tamaño de los poros y la suavidad al acariciar.
  • Dile adiós a las rojeces e inflamaciones, entiéndase no más amanecer con la cara abotargada.
  • La combinación de horas de sueño y este producto es visible desde el primer día. Hasta de buenas te pone caray.
  • Perfecto para usarse después de tratamientos de exfoliación o microdermoabrasión. Por lo menos a mi me calmó el ardorcito y las rojeces.
  • El uso del humectante de Açaí por las mañanas y este concentrado por las noches ha hecho en 15 días lo que el ácido alfa-lipoico y otros ingredientes más caros y abrasivos nunca hicieron por mi piel en meses.
Contras:

  • Eso de dos gotitas es relativo, sientes que no alcanza o que es muy poquito, úsese a conveniencia pero con moderación.
  • Precio elevado, así es que a ahorrarle, que lo vale.


* Foto de Jo Jorge Falcón tomada de Internet sin fines lucrativos, sólo ilustra el punto de una tez más relajada al despertar después de usar el producto mencionado.

La muestra sigue teniendo concentrado como para una semana más, así es que el producto es bastante rendidor y vale la pena la inversión. Definitivamente, una buena compra para quien no quiere gritar cada mañana frente al espejo sino decir bajito "Buenos días hermosa yo".


***
Gracias a las tiendas Kiehl's de Antara y Arcos Bosques por consentirme cada vez que voy, por sus sonrisas, por prepararse con todo sobre ingredientes, propiedades y demás, por mi llavero nuevo y por favor ¡nunca dejen de dar muestritas!

Más info sobre los productos Kiehl's en www.kiehls.com o en Twitter @KiehlsNYC